El buzón más sarcástico de Barcelona

Un detalle inmerso en el frenesí del barrio gótico

El buzón más sarcástico

El aire de fiesta y la aglomeración frenética se abre paso entre los mercadillos navideños.

Caminar por las calles estrechas puede resultar una experiencia asfixiante que dificulta la observación de la belleza y los detalles que se esconden entre los rostros y las piernas apresuradas de los turistas ocupados en compras navideñas o distraídos por la magia de la época.

Afortunadamente, la ciudad tiene sus momentos de respiro del caos frenético. Si las tiendas no abren antes de las nueve de la mañana, el frío de estos días ha retrasado aún más las aglomeraciones navideñas. Camino por el barrio gótico, respiro el aire fresco mientras el sol extiende tímidamente su velo de luz sobre las grandes piedras de la muralla, de la catedral y sobre todo de la Casa del Archidiácono.

Este edificio esconde un detalle con una curiosa historia.

La casa del archidiácono

La Casa del Archidiácono se encuentra cerca de la Catedral y es parte integral de la imponente muralla de la ciudad. Sufrió varias renovaciones durante más de 900 años de historia. Hoy se encuentra el Archivo Histórico de Barcelona pero en el pasado el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona tomó su sede en 1895. En 1902 el arquitecto Lluís Domènech i Montaner recibió el encargo de decorar el edificio y diseñar un buzón ad hoc.

Este último fue el motivo de una famosa anécdota.

El buzón más sarcástico

El buzón más sarcástico

Cuenta la historia que el diseño proyectado no puso muy contento el decano de la facultad, quien, sin embargo, lo prefirió a la alternativa del arquitecto de escribir una frase muy popular: «Abogados y fiscales, de dos en dos en el infierno». ¡Finalmente el diseño que todavía podemos ver hoy fuè aceptado de inmediato!

Pero, ¿qué muestra la tan controvertida decoración propuesta por Montaner?

Cinco golondrinas, una rama de hiedra y una tortuga pueden verse hábilmente talladas alrededor de los bordes del buzón. La naturaleza siempre ha dado una gran inspiración a obras arquitectónicas como las de Gaudí o metafóricas en este caso. De hecho, todos lo animales representan peculiaridades.

Su explicaciòn

El significado alegórico es tan afilado como la hoja de un cuchillo.

Las golondrinas vuelan rápido y muy por encima de nuestras cabezas y, a menudo, despiertan nuestra admiración. La hiedra, en cambio, se arrastra y se expande por todas partes quitando el aliento a todo lo que ella reposa. Finalmente, sabemos que la tortuga es lenta, longeva e ignorante de la prisa del hombre.

Con sutil crítica y sarcasmo, uno de los arquitectos más famosos de Barcelona sacó a la luz una realidad de aquella época y, por desgracia, también de la actualidad. La justicia deberia ser rápida y admirable como golondrinas pero causa el laberinto burocrático que se crea como una planta de hiedra es lenta y a veces obsoleta como una tortuga para los ritmos del ser humano. Un detalle de profundo significado ubicado justo en la entrada del que fuera el edificio representativo de la justicia de Barcelona.

La casa hoy

La Casa del Archidiácono ha pasado y será el Archivo Histórico de Barcelona que en su bello claustro acoge estos días la exposición Quan plovien octavetes: clandestinitat, premsa i propaganda antifranquista. Una serie de documentos y grabados contra la dictadura franquista.

El buzón permanece allí en su lugar, amonestando y recordando a quienes conocen su historia lo que aún hoy caracteriza a la justicia. Actualmente, se dice que tocar a la tortuga trae buena suerte, lo que lamentablemente ha provocado que tenga su actual apariencia redondeada y brillante.

Me quedo para observar la fachada, los transeúntes se agolpan en las calles de la ciudad. Es tarde y tengo que irme a casa. Ojalá pudiera volar como golondrinas, pero la multitud de transeúntes me retrasará. Solo tengo que ir en silencio a paso de tortuga.

Marco Pachiega.

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