
Hotel Casino la Rabassada
Las ruinas de un majestuoso Hotel Casino son testigos de una historia turbulenta y leyendas macabras
Para reordenar un poco las ideas de este año que acaba de empezar, decido pasear por el Puerto Olímpico de Barcelona. Me paso distraídamente frente al famoso Casino Barcelona, ubicado justo debajo del lujoso Hotel Arts. Una verdadera tentación para los que aman desafiar al destino o simplemente saborear la emoción del juego. Una estructura moderna, que, a medida que continúo el paseo, me deja una duda. ¿Será el único casino que ha existido en Barcelona?
Los días siguientes investigo sobre algunos textos y webs para encontrar rápidamente una respuesta, que obviamente es ¡no! Hace mucho tiempo había otro casino en Barcelona.
Sin embargo, la investigación, aunque breve, abre una puerta nunca cerrada a un pasado histórico que todavía hoy es rico en leyendas. Estoy a punto de hablaros del Hotel Casino La Rabassada, un icono de la «Belle Époque» de Barcelona.
El Hotel Casino La Rabassada fue un lugar de cuento de hadas sin precedentes que costó en ese momento 2,5 millones de pesetas. Una construcción exorbitante donde la clase alta, a principios del siglo XX, se reunía para fiestas, espectáculos y por supuesto el juego de la ruleta. Pero, como de costumbre, debemos retroceder gradualmente a lo largo de la historia por más de 100 años.
Una ciudad en expansión
Hacia finales del siglo XIX Barcelona, con un crecimiento demográfico exponencial, necesita nuevos horizontes urbanos y modernidad. El proyecto del Eixample concebido por Ildefons Cerdà en 1863 y la Exposición Universal de 1888 fueron los testigos de esa época de crecimiento y prosperidad. El nuevo diseño y forma artística de la capital catalana se consiguió gracias a arquitectos como Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Josep Vilaseca i Casanovas y obviamente Antoni Gaudì.
En búsca de relax y aire limpio
Con la construcción de la carretera Rabassada en 1877 y el parque de atracciones Tibidabo en 1899, la zona de Collserola, denominada Parco del Collserola en 1987, pronto se convirtió en el principal destino de la burguesía. Un espacio verde rico en flora, fauna y aire limpio alejado de los humos y caos de la ciudad.
La idea de un Gran Hotel en la naturaleza
Los políticos y empresarios siempre han liderado el desarrollo de las ciudades y la zona de Collserola, cercana al núcleo urbano, despertó la atención de un reconocido y respetado empresario Miguel Montane i Martos. Con la ayuda de inversores franceses, nació el proyecto para construir un hotel de lujo donde se pudieran explotar las características naturales del lugar y se pudiera promover la economía turística.
Así fue como en 1899 se construyó el Gran Hotel La Rabassada, ubicado en la carretera que va del Tibidabo a Sant Cugat del Vallès. Diseñado por el arquitecto Edmon Lechevalier Chevignard, el hotel recibió durante años a la burguesía con su reconocida cocina francesa, espectáculos, salón de baile y magníficas vistas.
Un nuevo proyecto
El esplendor y la fama se extendieron por toda España y mucho más allá de la frontera. En 1909 una reforma gigantesca convertirá el Grand Hotel la Rabassada en un casino, orgullo de Barcelona y gran atractivo para la burguesía del país. Un proyecto de aproximadamente 2,5 millones de pesetas. Josep Sabadell fue el nuevo director mientras que la renovación estilística y arquitectónica estuvo a cargo de Andreu Puig. La ampliación también incluyó atracciones: una montaña rusa, un salón de espejos mágicos, una terraza mirador y por supuesto la sala de juegos. Para garantizar el acceso, se estableció un servicio de tranvía que conducía desde el centro de la ciudad hasta el casino.
Una fama que no duró mucho
¿Por qué el Hotel Casino La Rabassada no tuvo tanta suerte como otros casinos de Europa a pesar de toda la pompa y la fama?
La inauguración de este extraordinario complejo pronto provocó cierres prematuros, problemas en el servicio de transporte y sobre todo debates políticos y de cotilleos. Poco después de su inauguración, el casino tuvo que cerrar repetidamente debido a la persecución del juego durante la presidencia de José Canalejas Méndez (1910-12). En 1914 la inminente guerra mundial provocó la escasez de turistas, poniendo fin a la época de la «Belle Époque» y la muerte de J. Sabadell por tifus provoca un nuevo cierre y venta del complejo.
Posteriormente, Luis Ponet compró la planta. Con el final de la Guerra Mundial, el casino reabrió sus puertas en 1919 pero sin la licencia para jugar a la ruleta. Los problemas con el servicio de transporte dificultaron el acceso y los escasos ingresos obligaron a abrir la estructura solo durante los meses de verano. Las persecuciones de juego del gobierno de Canalejas primero y la del general Primo Rivera en 1923 le quitaron definitivamente los grandes ingresos necesarios para la supervivencia y mantenimiento del propio casino. Los intentos del mismo Ponet para llegar a un acuerdo político sobre el juego se fueron en vano. Solo la exposición de 1929 dará un breve destello de popularidad antes de desaparecer finalmente con su cierre en 1932.
Durante la Guerra Civil (1936-39) se utilizará como refugio antiaéreo y una escuadra de «carabineros» se instalará hasta 1938. Después de la guerra el Gran Hotel Casino la Rabassada permanece en total abandono y su ruinoso estado provocó su demolición en el 1940.
Historias y leyendas
Todavía se sigue hablando de la Rabassada 80 años después de su demolición. Durante su actividad, a menudo fue llevado al centro de debates políticos por presunta corrupción e infracciones de la ley. De hecho, parece que las influencias políticas y empresariales marcaron la diferencia entre un lugar legítimo para jugar o no. Incluso se citó como la principal causa del aumento de préstamos hipotecarios en Barcelona.
La prensa no perdió la oportunidad de echar leña al fuego con respecto a las actividades recreativas que se desarrollaban dentro del casino, dando así espacio a los rumores populares.
El juego de la ruleta provocó la pérdida de grandes sumas de dinero que llevaron a la miseria a muchas personalidades. Siguiendo la tendencia de los grandes casinos de Montecarlo y Niza, se dice que incluso aquí estaba disponible «la sala del suicidio». Un lugar tranquilo y reservado para quien, tragados por la vergüenza y la miseria, decide quitarse la vida en la intimidad acompañados, como cuenta la leyenda, de una botella de cava fresco.
Entre las fiestas y espectáculos que se celebraron también estuvo el rumor, no confirmado, de que la misma Vampira del Raval, Enriqueta Martí Ripollés, acudió al casino. Se dice que la mujer ofrecía encuentros sexuales y ungüentos curativos a la clase alta. Pociones, según los relatos, elaboradas con órganos de niños que ella misma secuestró.
Además de las historias populares, un famoso padre de la iglesia, Juan Tusquets Terrats, hizo fuertes acusaciones y teorías de conspiración sobre el casino. En un artículo de periódico, señaló que en la Rabassada estaba hubo reuniones de la logia judía masónica, el gran enemigo y peligro de la buena conducta cristiana.
Sus macabros hechos no terminaron ni siquiera después de su cierre. Durante la guerra civil fue testigo silencioso de varias ejecuciones y asesinatos, entre ellos el del periodista Josep Maria Planes i Martí, que tuvo lugar el 24/8/1936. Incluso el aislado camino rico en vegetación se convirtió en escenario de tiroteos y asaltos armados, incluso de día.
Lo que queda hoy del Hotel Casino la Rabassada
Del casino hoy solo quedan una fachada y algunas estructuras aún intactas, incluido el balcón y túneles. La imponente escalera, los edificios, el lago y los atractivos han sido desmantelados o destruidos, dejando espacio para la naturaleza que no perdió el tiempo en recuperar la posesión de este lugar. La vegetación y la hiedra se expanden sobre la estructura semioculta como el aura de misterio que se entrelaza con sus historias y leyendas. Aunque las paredes y las habitaciones ya no están, las vicisitudes del hotel han despertado el interés de los investigadores de eventos paranormales, quienes aseguran haber experimentado manifestaciones de psicofonía y electromagnetismo en el lugar predilecto del juego.
Fuentes:
https://rabassada.wordpress.com/
La Rabassada. La utopia de l’oci burgès
El Gran casino de la Rabassada
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Marco Pachiega.